Acción y manejo de situaciones
En muchas ocasiones, se piensa que la
palabra orientación o psicoterapia, pueden ser utilizadas para alejarse de
cosas reales de la vida, sin darnos cuenta de que las personas que piden ayuda
tienen mucho valor por ello. Podemos ver que uno de los objetivos principales
de la orientación es el desarrollo de la independencia y autonomía del cliente
y a esto hay que dirigir los esfuerzos. Hay que concentrar la atención en la
importancia de ayudar a los clientes y que adquieran más seguridad para dar por
ellos mismo soluciones a sus problemas.
En cuanto a la autoestima debemos
saber que significa exactamente, para poder ver su importancia. La conciencia
de uno mismo comienza a desarrollarse en la infancia, normalmente nuestros
patrones de referencia para este desarrollo son los padres o personas que se
encargan de nosotros. Si este entorno
alimenta esa conciencia de sí mismo para bien, en la edad adulta sabrá cómo
enfrentarse a los problemas, por el contrario, si estas estrategias son
negativas, o por un trauma o un golpe duro en la infancia, es imposible que un
niño se sienta bien consigo mismo y cualquier clase de contratiempo que pueda
surgir más adelante acentuará esta imagen negativa. Hay mucha gente que en sus
horas bajas de autoestima busca refugio en la orientación y esta es una forma
de ayuda que contribuye a restablecer un equilibrio (roto anteriormente) debido
a una experiencia negativa. Se debe remarcar que la acción, el manejo de los
problemas y el logro de las metas es difícil o imposible, para estos clientes
sino llegan a un cierto grado de autoestima, ya que se deben dar condiciones
óptimas para que tales cambios se produzcan.
A continuación veremos enfoques los
cuales suelen ser más eficaces para ayudar a los clientes e idear programas de
acción y manejo de situaciones.
Objetivos
Hay que tener en cuenta el plan que
queremos hacer con los clientes y objetivos, las competencias del orientador en
esta fase van dirigidas a animar al cliente y apoyarlo. Durante la fase
intermedia el cliente habrá pensado en lo que necesita, establecer y planear su
meta es lo siguiente que tiene que hacer, tienen el que hacer y necesitan el
cómo. Una buena técnica es que los clientes se planteen las metas en positivo
más que en negativo, a donde quieren llegar, esto les permitirá ver también si
estas metas son factibles.
Pensamiento creativo e imaginativo
Es difícil ser creativo cuando toda
nuestra mente está absorta en sentimientos de infelicidad. Esto es un serio
obstáculo para conseguir las metas y el orientador debe estar para ayudar. El
pensamiento imaginativo, la originalidad y la voluntad de meterse en territorio
desconocido están ligadas al crecimiento personal y una mayor conciencia en sí
mismo y confianza en sus posibilidades ayudará a rescatar sus habilidades
innatas de juzgar y tomar decisiones.
Algunos enfoques sobre el pensamiento
creativo
La creatividad exige determinación y
aplicación para poder adquirirla, no solo es innata. El enfoque creativo en la
resolución de problemas también exige autodisciplina, organización y la
voluntad de poner en juicio todas las ideas que surjan en las sesiones.
La lluvia de ideas es una forma de
pensamiento que consiste en decir todas las ideas que se tengan en la cabeza a
gran velocidad, sin pensar demasiado al decirla si son válidas o no.
La visualización es otra forma de
pensamiento creativo que puede ser utilizada pero los clientes para imaginarse
la realización de determinadas metas a las que le gustaría llegar. Podría
parecer la técnica de pensamiento positivo, pero no hay nada intrínsecamente
malo en ella.
Otro de los métodos para ayudar a los
clientes, es ayudarles a identificar los recursos que tienen a su alcance para
conseguirlo (gente que puede ayudar). Estos recursos incluyen a personas además
de cosas, porque dentro de su círculo de relaciones hay personas que pueden
prestar su ayuda. Además de personas que ayudan hay además personas que
entorpecen, es bueno también identificar los obstáculos. Existen también otros
aspectos del entorno del cliente que pueden obstaculizar como impulsar su
progreso.
Es importante hacer ver a los
clientes que antes de preocuparse por los problemas de los demás se deben
preocupar por los problemas de uno mismo, es decir, antes de cambiar el entorno
deben hacer cambios en uno mismo. Debemos tener en cuenta, que a pesar de lo
que hemos dicho antes, el cliente debe marcarse metas “individuales”, pero
siempre pensando en cómo eso afecta a los demás (por ejemplo a sus hijos), y no
caer en un individualismo completo.
TÉCNICAS DE MANEJO DE SITUACIONES
Hacer contratos
Una buena forma de fijar formalmente
con los clientes las metas es hacer un contrato (oral o escrito, es
indiferente), se debe someter este contrato a revisión de vez en cuando. Es una
buena forma de priorizar si tienen varias metas e incluso a ver el tiempo que
pueden tardar en conseguirlas, también pueden prepararse para emprender
cualquier tipo de acción.
Aprender nuevas técnicas
Antes de cumplir las metas, los clientes
necesitarán adquirir nuevas habilidades. Unos enfoques se ocuparán más de estos
que otros. Por ejemplo una manera de adquirir habilidades sociales es el
trabajo en grupo.
Estimular
Si los clientes se mantienen firmes
en hacer progresos y en alcanzar las metas que se proponen, hay que darles el
apoyo y el estimulo necesarias para que puedan conseguirlo. A lo largo de esta
fase se puede ayudar a los clientes a ser más valientes. De esta forma se anima
además a los clientes a estar más seguros de sí mismos y a confiar en su propia
capacidad para salir adelante con éxito. Para que resulte verdaderamente
eficaz, hay que hacerlo destacando los recursos personales. Los valores
positivos y el trabajo realizado de la persona.
Los finales
Cuando los clientes llegan al final
del proceso orientador es bastante probable que los clientes experimenten una
serie de emociones, pueden ser negativas o positivas. La relación
orientador-cliente debe acabar, ya que una de las metas principales es que, los
clientes, a través de esta ayuda deben desarrollar autonomía y seguridad en sí
mismo, esto es lo que hace la relación innecesaria. Si los clientes desarrollan
un cierto grado de dependencia en la orientación, necesitarán tiempo y
preparación para hacerse a la idea de que se acaba lo que para ellos ha sido
una relación muy importante. También el cliente ha de ser consciente de los
progresos tan importantes que ha hecho, ver su esfuerzo, antes de poder
contemplar el éxito.
Acabar las sesiones individuales
Se deben tener fijados al duración de las terapias, el día
el tiempo, todo, ya que si es una sesión fuera del tiempo marcado, es una
sesión con tensión. Los orientadores deben dedicarse unos minutos entre sesión
y sesión, deben saber cuidar de ellos mismos, si quieren estar a disposición de
sus clientes.
Cuando los clientes vienen por iniciativa de otra persona
En muchas ocasiones, el cliente es
derivado a orientación, por el médico, por compañeros… Cuando derivamos a
alguien a orientación hay que tener muy claro cosas referentes al cliente y que
problema tiene, el orientador necesita saber el porqué le han mandado a
terapia. Además debe conocer si le gusto la idea al cliente o que puede esperar
de la persona que le mandó a orientación por ejemplo.
Recomendar clientes
En ocasiones los orientadores,
también tienen sus limitaciones y,
debido a ello, con frecuencia han de recomendar a los clientes a otras personas
o entidades que sean expertos en lo que necesita el cliente. Lo ideal sería realizar la recomendación en
la primera fase, ya que sino después el cliente tendrá una relación de más
confianza con el orientador y no quiera abandonar. Se puede interpretar por el
cliente como un rechazo asique, por lo tanto, necesita por parte del orientador
tacto y sensibilidad. Esto será una decisión de ambos.
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